Detalles tácticos del descalabro del Athletic en la final

19.04.2021
Unai Simón para un balón
Unai Simón para un balón

Sorprendió el cambio de Vesga por Berenguer, sin variación de sistema, para colocar a Unai López por el carril izquierdo, que fue por donde llegó el primer gol de Griezmann

I. E.

El conjunto rojiblanco cayó goleado con estrépito frente al Barcelona en la final de la Copa del pasado sábado, por 4-0, con todos los goles en 15 minutos de autentico descalabro. Fue suficiente ese breve lapso de tiempo, entre el 59 y el 73, para que Griezmann, De Jong y Messi, por dos veces, tumbaran sobre la lona a los leones con sus 4 golpes.

Si la primera parte dejó a un Athletic que apenas se acercó al área barcelonista, por momentos la posesión para los culés llegó hasta el 82%, en la faceta defensiva, con un equipo muy replegado, los leones consiguieron evitar con el paso de los minutos, que los ataques culés lograran hacer demasiado daño frente a la portería de Unai Simón.

Un balón al palo de De Jong, a poco de comenzar el encuentro y un disparo de Messi, a las manos del meta rojiblanco fueron las ocasiones más claras. Los de Marcelino, muy juntos y basculando pusieron freno poco a poco al ímpetu ofensivo de los de Koeman.

Por el contrario, no consiguieron acercarse con peligro ante la portería de Ter Stegen, salvo un remate forzado de Iñigo Martínez fuera tras saque de falta de Berenguer y un centro desde la izquierda de Williams, a las manos del portero holandés.

Dos líneas muy juntas en zona de área

El guion era claro, aunque también podía pasar que cualquier error atrás fuera penalizado por el Barcelona en alguna intentona de ataque. Dos líneas muy juntas desde el borde del área, y basculación, cerrando por el centro y dejando las bandas libres, sobre todo por derecha para Dest y por la izquierda para Jordi Alba.

La presión arriba, a la salida de balón culé se realizó en contadas ocasiones, por lo que los futbolistas de Koeman no estuvieron demasiado exigidos, con la salida de los tres centrales y la incrustación de Busquets cuando la situación lo requería. Pero enfrente el Athletic se cerraba bien dejando metros y sin sufrir demasiado. Messi apenas apareció, siempre desde posiciones algo atrasadas en banda y Griezmann casi desaparecido.

Presión arriba desajustada
Presión arriba desajustada

De nuevo, menos faltas que un Barcelona con total dominio de balón, (en los primeros 20 minutos, 1 el Athletic, por 5 los culés) como ocurriera frente a la Real. Martínez Munuera dejó sin tarjeta un claro planchazo de Busquets sobre Unai López nada más comenzar el duelo. No puede ser que no se corte el juego ante un rival superior.

Cambio obligado de un Muniain exigido atrás

El panorama cambió por completo tras el descanso, con el cambio obligado de Muniain, en este caso Lekue su sustituto, para ocupar el lateral derecho, adelantando a De Marcos y con Berenguer al carril izquierdo. Un ajuste cuestionable.

Ya en el minuto 47, la presión rojiblanca dio un paso al frente, sin convicción, con las líneas separadas, lo que aprovechó el Barcelona para dar el primer gran aviso. Busquets volvió a recibir sin ningún tipo de marcaje, y Messi en zona algo adelantada, entre el centro del campo rojiblanco y la defensa, solo esperando para comenzar su cabalgada, con Dest apoyando por derecha, buscando el desmarque, para romper el argentino con un pase flitrado, ante una defensa rojiblanca, mal colocada y con Griezmann por el centro igualmente sin marca.

Balón del lateral al centro y Unai Simón, apareciendo con su pierna para detener el remate del delantero francés. A partir de ese momento, el Barcelona, con su monólogo de balón, pero el Athletic algo más animado en los intentos de salir a la contra, las líneas se empezaron a descompensar.

Marcelino vio el agujero por banda izquierda, y llamó la atención con un cambio que desestabilizó aún más al equipo en defensa. Bergenguer dejó su lugar a Vesga, pero la sorpresa llegó cuando Unai López ocupó el lugar en el carril del navarro.

Amago en ataque sin éxito y desestabilización

En ese momento, perdió aún más opciones ofensivas, aunque hubo un gran pase de Unai López a Williams, que de nuevo, por la zona donde peor se desenvuelve el delantero rojiblanco y que se ha convertido en un movimiento en el libreto de Marcelino, desperdició una buena oportunidad, con un mal pase con la zurda, con Raúl García y De Marcos llegando al remate.

Incluso a balón parado tras un saque de córner en corto, el Barcelona estuvo a punto de marcar, tras un mal despeje de Iñigo Martínez que pegó en Lekue y el rebote lo aprovechó Busquets para chutar y Unai Simón despejó con una buena pierna.

Y llego la jugada que desequilibró y mató el duelo, puesto que el primer golpe que recibieran los rojiblancos podía ser decisivo, como ocurrió. Busquets, en el 57, que jugó lo que quiso, con demostración de buen posicionamiento, volvió a girarse solo con balón, para darle Messi, sin marca, que avanzó con balón, con la defensa rojiblanca escalonada. Dest arrastró a Balenziaga hacia el centro y De Jong aprovechó el carril derecho, con Unai López desarbolado, sin ver su avance.

El argentino vio la entrada del holandés, y con Balenziaga rompiendo el fuera de juego, metió el pase al hueco a De Jong, que de nuevo vio la llegada de Griezmann, superando a Lekue que miraba balón y no la jugador, y con Unai Simón, sin leer un pase cantado, le remató a bocajarro cerca del área pequeña.

El partido se puso cuesta arriba, y casi sin tiempo, tres minutos después, con un equipo rojiblanco desarmado, con mal posicionamiento y esta vez moviendo desde la izquierda, con De Jong en slalom, para llevar el balón a banda contraria, hasta los pies de Jordi Alba, sin marca, el lateral puso otro centro al área pequeña, donde de nuevo Unai Simón, sin leer el pase y con el holandés entrando en carrera sin oposición, remató de cabeza cerca de la portería.

Momentos de auténtico desbarajuste, que se vieron aumentados, tras el triple cambio de Berchiche, Unai Núñez y Villalibre, por Unai López, Yeray y Williams, para que apareciera el que nuca falta ante el Athletic, Messi, para campar a sus anchas, con un Athletic abatido y marcar los dos últimos goles culés, uno desde banda derecha con un slalom saliendo desde su campo, sin nadie capaz de pararle en falta y el otro tras pase desde la izquierda de Jordi Alba rematando solo por el centro.

Los cambios de Marcelino, no solo no mejoraron el equipo, sino que lo hundieron por completo, donde el único que aprovechó los minutos fue Villalibre, como siempre dejando detalles, incluso un penalti no pitado de Araujo, que impidió el avance tras un gran reverso en el área del Búfalo.

No se creó y se sufrió para destruir

Poco donde rascar, y tácticamente con los continuos apoyos y movimientos de los culés, entre las líneas rojiblancas demasiado separadas en muchos momentos, y sin una referencia fija arriba fueron sembrando el desconcierto en las filas del Athletic. Un centro del campo que no creó y que sufrió mucho en defensa y las bandas obligadas a centrarse y dejando espacios que llegaron a ser socavones.

Ofensivamente, apenas combinaciones, un Raúl García desaparecido y Williams sin posibilidad de recibir en ventaja y siempre por el carril zurdo, muy encimado por uno de los centrales. Un Barcelona superior en todas las facetas del juego.

Marcelino reconoció que "el Barça nos ganó porque fue claramente superior y a nosotros no nos alcanzó el nivel", pero no detectó la causa no la forma de poder parar la sangría a lo largo del encuentro "Si lo supiera no haríamos actuaciones como la de hoy. No tiene una explicación lógica desde mi punto de vista", destacó.