"Su filosofía me entró en las venas", remarca Gurpegi sobre el Athletic

15.05.2021
Gurpegi y Heynckes
Gurpegi y Heynckes

Tras cumplirse ayer cinco años desde su retirada, el excentrocampista cree que "nosotros no podemos ni queremos alejarnos de nuestra gente"

I. E.

Si hay un exjugador por el que la afición del Athletic siente una especial admiración y respeto casi de manera unánime es Carlos Gurpegi. Un luchador que supo recomponerse después de distintos golpes a lo largo de su trayectoria en el primer equipo rojiblanco, el más duro, sin duda, su sanción por dopaje y que tuvo el coraje competitivo para concluir su exitosa carrera en el club rojiblanco, tal día como ayer, cinco años atrás.

El excentrocampista de Andosilla pudo despedirse como un grande, tras 15 años en la primera plantilla, ante el aplauso general de la grada de San Mamés, en un partido frente al Sevilla, el 14 de mayo de 2016, con el equipo rojiblanco clasificándose para la Europa League, tras vencer por 3-1. Un ejemplo de león y de profesional, que actualmente sigue ligado al club de sus amores como técnico en las categorías inferiores.

En un día tan señalado como ayer, la web de la revista futbolística Panenka publicó una interesante entrevista al navarro haciendo un recorrido por la fue su gran carrera en el Athletic hasta su retirada.

"De la competición no echo en falta nada"

"Ya van cinco años, aunque lo cierto es que pasan más rápido cuando juegas. Cuando eres futbolista todo va a toda leche. Echo de menos muchas cosas del día a día, pero de la competición no echo en falta nada en absoluto. He competido todo lo que tenía que competir, y ahora hago deporte sin exigencia. Incluso he corrido una maratón. Tranquilo, para disfrutar, sin tener que correrla en menos de x tiempo y sin mirar el reloj", señaló Gurpegi acerca de sus nuevas vivencias tras abandonar la que fue su vida como futbolista.

Gurpegi
Gurpegi

El excentrocampista explicó cómo fue su llegada al Athletic y la forma de impregnarse de ese sentimiento especial del conjunto rojiblanco. "Yo comencé en el equipo del pueblo, el River Ega, y con 16 años me fichó el Izarra. Entonces era un club convenido del Athletic y de vez en cuando subíamos a Bilbao a entrenar, pero yo era un desastre absoluto. Pero cuando llegó la llamada del Athletic porque les había quedado un hueco en el centro del campo del juvenil con la marcha de Mikel Alonso no tuve dudas. Cuando empiezas a ver fútbol ya eres consciente de que el Athletic es diferente, porque te llama la atención que sean todos de la tierra, de casa, y ver cómo compiten contra el mundo, y cuando llegué a Lezama conecté del todo con la esencia y el espíritu del Athletic. Su filosofía me entró en las venas. Llegué con la ilusión de un niño, y aún recuerdo que mi padre me decía 'tú entrenas bien, y si al año te tienes que volver aquí todo eso que habrás aprendido', y aquí estoy todavía, 23 años después, hoy dando una mano en el tema de la metodología en los entrenamientos específicos de los juveniles, y lo vivo como un sueño", recordó con especial cariño.

"Llevamos mucha gente detrás y es un orgullo"

De igual forma, Gurpegi sigue defendiendo la filosofía del club rojiblanco, en un fútbol que ha perdido los valores de la gente de casa, a pesar de los sinsabores en las derrotas, porque ganar significa mucho más. "Aquí sabemos que llevamos mucha gente detrás, y es un orgullo. Es un presión añadida, sí, pero es muy bonito. Muchos miran mucho hacia el mundo y se olvidan de su tierra, pero nosotros no podemos ni queremos alejarnos de nuestra gente. Te arrastran, te empujan a dar un plus, y todo esto hace que ganar un título con el Athletic sea incomparable. Yo tuve la suerte de levantar la penúltima Supercopa en el Camp Nou y, joder, la satisfacción es increíble, y doble por la dificultad que conlleva. Se saborea mucho más. También he perdido cuatro finales de Copa, y el golpe es muy duro, pero si ganas, la satisfacción de ver y hacer feliz a tanta gente, y además a gente que es tu gente, gente de tu tierra, es una pasada", resaltó.

Despedida de Gurpegi
Despedida de Gurpegi

Y cómo no, el navarro también entró a valorar la dolorosa sanción de dos años por dopaje, el duro peaje que le supuso, incluso más a nivel familiar, pero que, sin embargo, le sirvió para volver aún más fuerte. "El proceso fue una auténtica chapuza desde el primer día. Recuerdo que el abogado me decía que era imposible que me cayeran dos años porque estaba todo plagado de irregularidades, pero me los tragué, y aquello me va a perseguir toda la vida. El calvario empezó con 22 años, y al principio me costaba mucho convivir con ello. Fueron momentos muy complicados. Como deportista entiendes que las lesiones son parte de la ecuación, de la lógica del deporte, pero eso era diferente. No entendía nada de lo que estaba pasando. Veía mi nombre por todos sitios, y fue muy duro, tanto a nivel individual como familiar. Mi familia lo ha pasado muy mal. Sufría mucho por ellos, y sentía mucha rabia. Si toda la gente que me llamó tan gratuitamente yonki o drogadicto viera cómo lo ha pasado la gente de mi alrededor creo que se lo pensarían dos veces. Lo único que me aliviaba y me consolaba era tener la conciencia tranquila, y saber que yo no había utilizado conscientemente ninguna sustancia para mejorar mi rendimiento porque, primero, si tenía algo bueno es que físicamente era muy fuerte y no lo necesitaba y, segundo, porque no lo hubiera hecho nunca porque tengo una ética y una manera de entender la vida en las que no caben esas conductas, y con esa conciencia tranquila y el apoyo de mi gente y de la gente del Athletic fui tirando, y ahora me quedo con que después de dos años sin jugar fui capaz de darle la vuelta a la tortilla", se sinceró.

"Me he entregado en cuerpo y alma"

Y como suele suceder, al exfutbolista del Athletic le llegó el momento de concluir su periplo futbolístico, que aún lo tiene guardado en la memoria, por la emotividad de ser despedido por sus compañeros y por toda la hinchada en San Mamés, con un recuerdo muy especial, su camiseta. "Está guardada en una pequeña caja con todas las camisetas especiales excepto la del Villarreal-Athletic del debut, con el '39', que está colgada en el salón de casa de mis padres. El día de la despedida fue increíble, perfecto. Es uno de los recuerdos más bonitos que me ha dejado el fútbol, junto al día que ganamos la Supercopa. Estaba ahí todo el mundo. Mis padres. Mis hermanos. Mis amigos. Mi mujer. Mis hijas. Toda mi familia. Compañeros, excompañeros. No faltaba nadie. Incluso estaba mi mejor amigo del pueblo, que tenía una enfermedad que se lo llevó al cabo de un año. Tengo fotos con él en el campo de ese día. Fue una alegría muy grande. Por él. Y por todo. Por decir 'hasta aquí he llegado, he hecho todo lo que he podido, me he entregado en cuerpo y alma, y me voy con la conciencia tranquila, en paz", destacó.