Marcelino y su invariable sistema
El Athletic fue sometido durante gran parte del partido por el Huesca y Raúl García acabó jugando por el carril zurdo
I. E.
El Athletic cayó en Huesca (1-0) en un partido en el que fue superado por el equipo local en muchas fase del encuentro. La primera parte fue prácticamente un monólogo del los de Pacheta, que salieron con el cuchillo entre los dientes y con una fuerte presión adelantada que apenas dejó maniobrar a los leones en sus intentos de buscar la portería contraria.
Tanto Mikel Rico, como Seoane, como Ferreiro fueron un auténtico martirio para los rojiblancos en el centro del campo, ya que tanto Vesga, como Unai López sufrieron constantemente ante los movimientos de desmarque y la superioridad numérica en la medular de los oscenses y fue por ahí, por donde se fraguó el mayor dominio de los locales.
El Huesca llegaba a las inmediaciones del área rojiblanca con insistencia, aunque luego en las zonas peligrosas no consiguió fructificar los ataques en claras ocasiones. Las bandas abiertas, con Maffeo y Galán, percutían y los rojiblancos no lograban frenar la salida de balón, en corto con los tres centrales, o en largo, cuando la situación lo requería. Los defensores rojiblancos trabajaron a destajo para mantener el tipo en área propia y salvo un cabezazo de Rafa Mir cercano a la salida de un córner, bien despejado por Unai Simón, el resto fueron lanzamientos desde fuera del área.
Casi el 70% de posesión para el equipo local
Los de Marcelino apenas aparecieron en ataque, salvo un cabezazo de Iñigo Martínez. El Huesca llegó en este período casi hasta el 70% de la posesión, algo impensable para el Athletic, jugando frente aun equipo que se estaba jugando el descenso.
Llamativa fue también, a punto de concluir la primera parte, la pérdida de Vesga en una zona cercana al área, tras un pase algo arriesgado del portero rojiblanco, que apunto estuvo de suponer el primer gol local, pero Rafa Mir se empachó de balón y lanzó alto con todo a su favor, tras otra presión alta asfixiante.
Tras la reanudación, las cosas no variaron demasiado de inicio. Los locales siguieron llevando la iniciativa, aunque el Athletic intentó estirarse algo más. El partido transcurría con mayor igualdad que en la primera parte, pero en el minuto 59, en una salida fallida a la contra de Ibai Gómez, ayer casi sin presencia en el juego, y un errático cambio de juego hacia la izquierda, valió para que tras la pérdida tonta, el Huesca recuperara el balón, y tras un pase de Mikel Rico, acabara en posesión de Sandro, que disparó desde una situación lateral y lejana por bajo para batir a Unai Simón. El guardameta rojiblanco, de nuevo, cometió un nuevo error de bulto, al sacar mal sus manos abajo y el esférico se le coló al fondo de la potería.
A partir de aquí, cambió el decorado, puesto que el Huesca, con ventaja en el marcador, cesó en su presión alta. Marcelino fue dando entrada, primero a Raúl García y Berenguer, por Ibai Gómez y Morcillo y algo después a Vencedor y Williams, por Vesga y Villalibre.
Sorprendió ver ocupar la banda izquierda a Raúl García, en el invariable 1-4-4-2. En esos momentos en los que el Athletic adelantó sus líneas, en los que habría sido más normal ver algún centro desde bandas para buscar remates en el área oscense, el navarro podía haber ocupado la punta de ataque, con Berenguer en la izquierda y Williams, a la derecha, dejando la media punta para Sancet, en un 1-4-2-3-1.
Poca presencia final en el área rival
En los minutos postreros, Williams apenas entró en juego, casi todas la intentonas llegaron por la derecha, con Berenguer y De Marcos, Balenziaga fue el que se sumó por el carril izquierdo, aunque no es la baza más propicia para buscar centros, y las ocasiones más claras llegaron por un chut que se le fue alto a Sancet y dos disparos lejanos de Unai López, uno de ellos detenido en una gran intervención de Álvaro Fernández, al que se le vio muy seguro, y Marcelino seguro que tomó buena nota de su actuación.
Los números se igualaron algo en esa fase final de partido, ya que en el minuto 62, poco después del gol de Sandro, los disparos del Huesca eran 12, por 1 del Athletic, y las ocasiones 5 para los locales, por 1 para los leones.
Pocas conclusiones positivas se pudieron sacar del partido de ayer, a
un nivel general e individual de juego muy pobre, con un Huesca que se jugaba
la vida y sin capacidad de reacción en el terreno de juego ni desde el
banquillo. De nuevo, otro fallo de Unai Simón, y derrota después de 9 partidos
ligueros sin perder.