El Athletic perdona y Lopetegui no recurre al lloriqueo sobre el VAR

12.12.2021
Muniain
Muniain

El entrenador del Sevilla se quejó amargamente el pasado curso de un posible penalti de Balenziaga por mano tras perder en el Sánchez Pizjuán, pero ayer en San Mamés no dijo ni mu de la clara falta a Munain en el área

I. E.

El Athletic cayó derrotado de nuevo en San Mamés, ante el Sevilla, por 0-1. La tercera derrota de la temporada en casa, después de las del Rayo Vallecano, por 1-2 y el Cádiz, por 0-1. Esta vez, eso sí, el resultado pudo haber sido otro de haber aprovechado las claras ocasiones, sobre todo en la primera parte, de los leones ante la meta de Bono.

El conjunto sevillista fue un manojo de nervios en defensa, en una primera mitad en la que puso en bandeja el triunfo al equipo rojiblanco, pero los de Marcelino fueron errando, una tras otra, las ocasiones y los regalos ofrecidos por los hispalenses. Hasta dos palos, tras disparos de Vencedor y Dani García desde el borde del área y otros dos intentos baldíos de Iñaki Williams y Raúl García, con claro marchamo de gol, que no acabaron en el fondo de las mallas de la portería del Sevilla.

Los visitantes apenas consiguieron acercarse a las inmediaciones de un Unai Simón inédito, pero cuando menos se esperaba por el transcurrir del duelo, Delaney soltó un chutazo desde fuera del área con su zurda que se coló junto a la escuadra de la portería rojiblanca. Un verdadero mazazo para un equipo al que le cuesta un potosí anotar, por lo que dar la vuelta al marcador tras el descanso se convirtió en todo canto a la impotencia.

Un penalti de libro

Eso sí, hubo una jugada muy polémica, antes de finalizar el primer tiempo, cuando Munain remató y justo después de realizar el chut recibió un plantillazo de Koundé, que ni Hernández Hernández en el campo, ni Medié Jiménez, en la sala VOR, incomprensiblemente, consideraron punible, con el navarro dolorido y con una herida de llamativa en su pierna. A todas luces pareció un penalti claro que ambos colegiados pasaron por alto. Una acción que pudo marcar el devenir y el posterior desarrollo del choque.

A la conclusión del partido, en el que finalmente la victoria se la llevó milagrosamente el Sevilla, Lopetegui, como era de esperar no hizo mención alguna la jugada en sí, y prácticamente se limitó a alegrarse por un triunfo que ni él mismo esperaba, tal y como fue el partido, de claro color rojiblanco, sobre todo en la primera mitad y excusando el mal juego en todos los infortunios sufridos durante la semana. Valió una frase clarificadora de lo que observó durante el choque. "Le hemos echado corazón", espetó, para resumir su sentir.

Esta vez no tuvo que escudarse en el lloriqueo de haberse visto perjudicando por alguna acción arbitral en contra. Bastaría echar la vista atrás para recordar el partido jugado por leones y sevillistas en pasado curso en el Sánchez Pizjuán, cuando el Athletic se llevó un triunfo en el que no realizó un gran juego, ni tuvo apenas ocasiones, con un Sevilla más dominador.

Sin embargo una gran arrancada de Sancet, casi a la conclusión del duelo, valió para habilitar en profundidad a Williams, que entonces no perdonó y supo colocar con acierto el balón sutilmente por encima de Bono, en su salida a la desesperada.

Las exageradas quejas tras la derrota ante los leones

En aquella ocasión sí apareció un Lopetegui quejica por el escaso mérito de su rival para llevarse los tres puntos, que les alejaba casi definitivamente de la lucha por el título, y echando su bilis contra la actuación del colegiado Gil Manzano, ya que consideró que había dejado sin pitar un penalti por una mano de Balenziaga, que se encontraba en posición natural, tras un envío muy cercano de Navas, ante el que no pudo reaccionar.

"La mano la hemos visto todos. El Sevilla ha tenido mala suerte tanto en el campo como en el VAR. He ido a darle la mano a Gil Manzano, me ha dicho que hablábamos dentro y me ha sacado amarilla. Nada más. Como me equivoque en una coma o un acento me sancionan. Prefiero morderme la lengua. Mi opinión clara y franca es que ha sido penalti. El árbitro no lo ha visto, el VAR tampoco, poco podemos decir. Hemos tenido esa mala suerte de que no lo han visto ni aquí ni en el VAR", se quejó con dureza a la conclusión del duelo por lo que poco menos consideró como un robo en su contra.

Ayer, como era lógico, otro gallo cantó, evitó referirse a la actuación arbitral, al dejar pasar por alto una jugada mucho más clara, esta vez en favor de sus intereses, que habría sido penalti, además de amarilla para Koundé.
(Fotos: Athletic Club / Movistar)